Todo porque me gusta un chico
Desde la infancia se les dice a las niñas que el romance va primero, la sensación de encontrar un príncipe azul y solo ser salvada por el hecho de ser hermosa.
A medida que el tiempo pasa y crecen, las cosas no cambian, y esa idea misógina sobre “volverse bonita” para ser amada por un chico, envidiar a otras chicas por sus pequeñas cinturas y su brillante cabello.
Así como a Carla, una chica que de cortos 12 años de edad entró en un problema de depresión, porque a ese chico se la pasaba soñando con una mujer que no era real; aquellos estándares inalcanzables que ella por más que se esforzara, no lo lograría.
La caída de autoestima por compararse y esforzarse por ser como ellas, ya que eso es lo que le gusta a él, al punto de no quererse ver en el espejo por no ser así.
Esos ideales de la mujer perfecta distorsionan la mente de las pequeñas desde que encienden la televisión y ven esas medidas irreales que están hechas para complacer a los hombres.
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